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sábado, 4 de junio de 2016

Luis Salom: una pérdida evitable



Ayer perdimos a Luis Salom. Hoy, ni 24 horas después, estoy seguro de que la gran mayoría seguimos sin asimilarlo. También estoy seguro de que a muchos les habrá pasado lo que a mí al despertarse, que es que su primer pensamiento haya sido para este trágico suceso.
Ni falta hace decir que seas del piloto que seas, estas cosas nos dan de lleno a todos, que esto está por encima de cualquier cosa, porque a lo que más daño hace es a lo que más amamos: el motociclismo.
Ésta, lejos de ser una entrada “homenaje” (que en parte lo es) al mexicano, es más un grito de rabia precisamente porque el motociclismo, una vez más, tiene que lamentar una muerte por culpa de los intereses económicos de otras organizaciones.
Hoy, no hay medición de las palabras que valga ni frases políticamente correctas. No el día después de esto. Va por ti, Luis.


 El motociclismo es algo maravilloso, vivido con mucha pasión, a veces incluso más de la necesaria (me incluyo), pero otras veces nos da unas hostias de realidad fortísimas. La pérdida de un piloto es siempre una putada en mayúsculas, pero lo es más aún si cabe si se pudiera haber evitado de una forma sencilla. Sencilla para la gente con corazón, no para los que en su lugar tienen un fajo de billetes recogido en una goma elástica.

Muertes como la de Tomizawa o Simoncelli, son más bien fruto de una cadena de infortunios, contra las que poco se puede hacer que no sea el “ojalá esto no hubiera pasado así”, “ojalá hubiese sido de otra manera”. Aunque en el caso de Marco, si bien es cierto que quizá no se podría haber hecho nada por salvarle, la imagen de los comisarios llevándole en la camilla de cualquier manera y tirándole al suelo por no saber cómo actuar, se me quedará grabada en la mente como una prueba más de que aquí lo que realmente interesa es el beneficio económico. ¿Por qué si no, en vez de dar un curso de mierda a los comisarios (casi siempre voluntarios), no se les da uno más amplio con lo básico de primeros auxilios y de evacuación? ¿Sería invertir mucho dinero en cada GP, verdad? Bueno, hoy no es el momento de explayarme en esto, pero bien sirve como pequeña introducción a lo que quiero hablar.

Como decía, hay muertes que son mala suerte pura y dura. Otras, como la de Kato, estampado contra un muro a poquísimos metros en Suzuka, o como la de Luis en Montmeló, son negligencias que pasarán de largo para los responsables, mientras los familiares y amigos lo sufrirán el resto de sus vidas. Cierto es que también influyó la mala suerte, pero eso, si hubiera habido grava que frenase a Salom y, posiblemente, cambiase la trayectoria de la moto, seguramente no hubiera pasado.
Y es que, una vez más el motociclismo se ve ninguneado por el interés en las 4 ruedas, sobre todo de la F1. Si no es así, por favor, que alguien me explique qué cojones hace asfaltada la escapatoria en la que Salom cayó ayer. Decidme también por qué las enlazadas de Austin son todo asfalto, un peligro más que evidente (para las motos) que no se soluciona.
Os diré mi teoría, que no es ni más ni menos que priman más los millones que mueve la F1 que la seguridad de pilotos de motociclismo. Me da igual que sean de MotoGP, de SBK, del CEV, o de una puta Escuela de Iniciación en cualquier puto pueblo de España. Se asfalta una escapatoria para que unos tíos profesionales no pierdan muchos segundos si se salen de la trazada, para que el “espectáculo” continúe, y no perjudique a estos intocables del mundo del motor.

Basta ya. Basta ya de ver cómo el dinero es más importante que la vida. Basta ya de que el motociclismo sea pisado una y otra vez por el automovilismo.
Y ya no hablo sólo de circuitos. Salom es la cara famosa de esto, ¿pero cuántas personas pierden la vida a diario por los guardarraíles de las carreteras? Y lo más importante, ¿cuántas más tienen que morir para que se supriman de una vez por todas y se instale una medida se seguridad para la gente que viaja en moto? Es vergonzoso que prime más la no inversión de unos millones en esta medida de seguridad, que las miles de vidas que se van a causa de la no instalación de la misma.

En circuitos, en la calle, en las carreteras, siempre es la misma historia y no puedo dejar de preguntarme qué más tiene que pasar para que a esta gente le llegue un poquito de humanidad al corazón. ¿Les tiene que pasar a familiares o amigos suyos para que abran los ojos?


Luis, tú te nos has ido para siempre, pero para siempre estarás en nuestra memoria.
Ojalá tu muerte sirva para que haya un cambio absoluto en esto, aunque sea inhumano que tenga que pasar para que se den cuenta.
No puedo tampoco dejar de aprovechar la oportunidad para mandar mi apoyo a toda la familia y amigos de Luis, aunque seguramente no lean esto, y aunque si lo hicieran, de poco les reconfortaría unas palabras escritas en una página web. Pero si a alguno les llegase y lo estuvieran leyendo, creedme, el mundo del motociclismo y sus aficionados lamentan muchísimo su pérdida, y pondría la mano en el fuego por asegurar que todos y cada uno de nosotros daría prácticamente lo que fuera para que esto no hubiera pasado.

Por último, ya que hablo de la afición, no voy a desaprovechar la oportunidad de aquellos que ayer aprovecharon esta situación para criticar a Valentino o a Marc. Ambos “pusieron” unos tweets con imágenes suyas sin hablar de Luis primero. Y digo pusieron entre comillas porque no son ellos los que escriben, esas cuentas a la gran mayoría se las lleva alguien externo. Pero si sois tan subnormales como para creer que lo hacen ellos, y que estarían en condiciones siquiera de escribir un tweet de despedida en esos momentos, de verdad que siento mucho que vuestras neuronas no den para más.
Todos estarían destrozados, y la insensibilidad de algunos usuarios de Twitter llega a tal punto que si no ven un tweet de X piloto lamentándolo, automáticamente es que no tienen sensibilidad. Siento deciros que esa falta de sensibilidad la tenéis vosotros por pensar que un compañero de profesión está con ganas de coger un puto móvil y escribir cualquier mensaje.

Sin más, sólo me queda citar:

“Nada será que no haya sido antes. Nada será para no ser mañana. Eternidad son todos los instantes, que mide el grano que el reloj desgrana.”


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