DORNA y su conversión de MotoGP en un negocio

El GP de Assen será recordado por muchos como el día en el que llegó un punto de inflexión. Como ese día en el que a muchos nos dieron un hostión en la cara que nos hizo abrir los ojos del todo, tras entreabrirlos un poco tras el pasado GP de Montmeló.

Obviamente, a lo que me refiero es que por fin hemos visto qué es lo que le interesa a DORNA, y qué es lo que pasa a un plano totalmente secundario.

Aviso de que esta entrada contiene cosas seguramente bastante fuertes, por lo que quien no acepte un lenguaje “vulgar” por ser claro, directo y contundente, le recomiendo parar de leer aquí y abrir páginas de web de personas que escriben bajo la supervisión y posterior censura, y que por tanto no se van a pasar de la raya por ello.

Yo desde luego pienso traspasarla, como se ha traspasado hoy mismo en Assen.

Va por vosotros, integrantes de DORNA, valientes sinvergüenzas.

Me vais a perdonar que hoy no diga nada de las carreras, ni siquiera de la de MotoGP, en la que sólo daré unas pinceladas para que se entienda lo que quiero explicar.

Vamos a empezar retrocediendo en el tiempo 3 semanas, al GP de Montmeló, a las 17:20h, cuando varios integrantes de esta mafia salieron a dar la noticia de la muerte de Luis Salom.

Ya di mi opinión acerca de esto en una entrada anterior, pero por si acaso no lo habéis leído o no os acordáis lo resumo: me parece que gran parte de culpa la tienen ellos por permitir que un trazado homologado para MotoGP no reúna las condiciones de seguridad dignas de dicho Campeonato para evitar esto, que era tan simple como poner grava en el lugar del accidente y que le follen a los cochecitos de la F1 que se salgan en ese punto, porque ellos no se van a matar porque se les llene el eje de puta arena.

En lugar de esto, o de ampliar esa escapatoria echando la grada hacia atrás, tuvimos que ver cómo perdíamos a uno de los nuestros (y no hablo de nacionalidades, sino de pilotos). Y la solución fue poner un T4 de karting para evitar la curva 12 en la que ocurrió el accidente.

Esto, como es lógico, se hizo por una cuestión de seguridad para que no pasara de nuevo una fatalidad. ¿Pero sabéis quién no pudo trazar el nuevo T4? Luis Salom. Porque estaba muerto. Porque ya era tarde para él.

Y murió gracias (en parte, vuelvo a incidir), a que no se decidió invertir dinero en seguridad. Ni más ni menos. Pero como ya dije, esto pasará a la historia. Salom se ha ido y nadie lo va a traer de vuelta, mientras que los responsables de esto han viajado a Holanda a dar otra lección de cómo actuar como un ser sin ética ni moral.

Una ética que tendría que dictaminar que nada está por encima del dinero, y que debería primar la seguridad de la gente que está consiguiendo con su esfuerzo y poniendo su vida en juego que tú te llenes los bolsillos; y una moral que sería la que después te dejaría estar en paz contigo mismo por haber tomado una decisión correcta, dándote cuenta de que es mejor perder dinero a volver a perder a uno de ellos, aunque no sea para siempre, pero sí por lesiones aunque fuese para la siguiente puta carrera.

Y es en este punto en el que ya me meto en la propia prueba celebrada en Assen. Se veía venir que el domingo podía llover, pero lo que creo que nadie esperaba es que lo hiciese con la fuerza y la intensidad que lo ha hecho.

Al principio la pista estaba mojada pero se podía correr perfectamente, como en otras muchas ocasiones se ha hecho en agua. El problema ha venido cuando a falta de más o menos 16 vueltas ha empezado a llover de manera intensísima y los pilotos comenzaban a tener muchas dificultades para ir encima de la moto. Aún así, deciden alargarlo innecesariamente 2 vueltas más antes de sacar la bandera roja y parar la carrera.

De esta manera, hubiera terminado con Dovizioso en primera posición, seguido de Petrucci y de Valentino, con Redding cuarto, Márquez quinto, Pedrosa sexto, y Lorenzo cogiendo moras en Toledo en 20ª posición.

Lo lógico viendo cómo estaba cayendo, el fuerte viento que hacía, y que la última vez que se intentó correr así fue en Supersport en el GP de Moscú 2013 donde Andrea Antonelli murió debido a las condiciones climatológicas, sería que se hubiera quedado como estaba. Pero lo malo es cuando en tu balanza de ética y moralidad el dinero pesa más que la seguridad.

Con la lluvia aún cayendo fuertemente sobre el trazado holandés, y los pilotos con un desconcierto evidente, la maravillosa organización de este Mundial decide alargar nuevamente la decisión final en espera de que el tiempo se calme para reanudar la carrera a 12 vueltas. Y es que, ¿cómo se va a permitir que la carrera se termine antes de lo previsto? ¿Cómo justifican eso a las televisiones que pagan millones de euros por poder retransmitirlas?

Así pues, para de llover un poco y el Safety Car se pone a dar vueltas al circuito y los comisarios a barrer el agua para dejar la pista más “seca”. O dicho de otra manera mucho más directa, menos peligrosa.

Entonces a Ezpeleta & co. les suena un “din din din” acompañado del tintineo de unos euros cayendo, y toman la decisión de reanudar la carrera. Con dos cojones y total tranquilidad.

¿Resultado? Caída en la vuelta de formación de Laverty y después, en dos vueltas de la propia carrera, hemos visto nada más y nada menos que otras 6 caídas: Pedrosa, Crutchlow, Smith, Dovizioso, Valentino, y Aleix. Lista que después de ha visto ampliada por las de Pirro, Rabat y Bautista.

En resumen, 12 pilotos han terminado la carrera. Un dato demoledor que avala a cualquiera que piense, como yo, que a esta gente le importa una mierda la seguridad de sus pilotos. Ya si eso saldrán luego a dar comunicados por la lesión o muerte de un piloto, aparentemente dolidos, pero sin menos dinero en los bolsillos que es lo que al final importa.

¿Lo gracioso de esto? Que luego animan a que todos participen en la Comisión de Seguridad, que Ezpeleta da lecciones de moralidad a un periodista por utilizar una foto bastante dura de Salom (que está mal hecho, pero él no es el más indicado para dar lecciones a nadie visto lo visto), y que sancionan a Iannone porque no respeta la seguridad de los demás pilotos. Por supuesto que no, ¿pero acaso DORNA sí?

Es como si un capo de una mafia encerrado en una cárcel por robo a mano armada, tiene que hacer de juez en un juicio en el que se valore la pena para otra persona que ha hecho exactamente lo mismo. No tiene ningún puto sentido.

¿Acaso DORNA, hoy, se ha preocupado de la seguridad de alguno de sus pilotos? ¿O por el contrario han preferido seguir con el “espectáculo”? ¿Acaso ha salido alguno a dar la cara al menos arrepintiéndose por una cagada monumental de la que mucha gente se está haciendo eco? Así quizá tendrían algo de credibilidad.

Pero no, seguramente mientras yo escribo esto y muchos aún piensan cómo es posible que hoy haya sucedido lo que ha sucedido, ellos estén tomándose una copita totalmente relajados en un hall de lujo. Como harían los buenos mafiosos después de cometer un crimen. Como lo que son.

Suerte hemos tenido, mucha suerte, de que ninguno nos hayamos tenido que echar las manos a la cabeza por una lesión tras las múltiples caídas de hoy, o por cosas peores.

Y si alguien considera que una pista en la que en 12 vueltas se han caído 10 pilotos profesionales estaba óptima para correr, creo que se lo debería replantear.

Sólo espero que ahora pilotos que siempre han hablado de seguridad como Lorenzo, no se callen y digan las cosas claras. Me decepcionaría mucho si no encuentro a ningún piloto o integrante de equipo que no diga nada de lo que hoy todos hemos visto.

Y que nadie se equivoque, estas palabras no las escribo por la rabia de la caída de Valentino, porque antes de que se tomara la decisión de reanudar la carrera, ya estaba comentando que no debería hacerse y que no me parecería serio lo que se estaba haciendo aunque después ganase Rossi. Probablemente esto que estáis leyendo lo hubiera escrito igualmente. Porque hoy no importaban los resultados y por eso no he hablado de ellos. Han dejado de importar cuando he visto que la mayoría de los pilotos se iban al suelo.

Puede que me arrepienta hoy por la tarde, mañana, o en dos semanas, pero esto es lo que pienso y esto es lo que me hace estar más cabreado que nunca con MotoGP.

Porque es absurdo que hace tres semanas se modificara un trazado por la falta de seguridad vista en ese punto y hoy, en la siguiente prueba, se hayan pasado por el forro de los cojones el bienestar de los pilotos y hayan reanudado una carrera en la que se veía que iba a haber muchos problemas.

Ya estoy cansado de que tengan que pasar desgracias para que la gente se dé cuenta de que algo va mal, y es por eso por lo que hoy escribo estas líneas con esta rabia, porque no me ha hecho falta que pase nada (si es que 10 caídas se puede considera “nada”) para darme cuenta del despropósito que hemos vivido. ¿Y si hubiera pasado? ¿Nos pondríamos todos otra vez fotitos en el avatar del Twitter o del Facebook de una persona a la que le ha pasado algo?

Pero así es la organización que manda en el Mundial, y así seguirá siendo, mientras el negocio siga siendo más importante que las personas que participan en el mismo.

Y es que al final todo se reduce a eso… hoy nos hemos dado cuenta de que MotoGP dejó de ser hace tiempo un deporte, para convertirse en un negocio en el que la seguridad de sus integrantes pasan a un segundo plano.