Hoy me apetece hablar del que probablemente sea el
piloto con el que más sentimientos encontrados tengo. Por una parte, su
pilotaje me fascina, pero por otro, en ocasiones sus declaraciones hacen que todo lo
que puede ganar de cara a la afición en la pista, lo pierda después con su
actitud.
Por eso, este hombre hace que la gente
pueda pensar que soy bipolar. Porque al hablar de él, unas veces puede parecer que me
cae bien y otras que le odio. Pero pensándolo fríamente, ¿por qué voy a negar
una evidencia por afirmar otra? Me explico…
Que Jorge es un piloto que no cae bien por regla
general lo sabe todo el mundo. Él es una persona que no se corta a la hora de
decir lo que piensa, pero eso provoca que muchas veces diga tonterías. De aquí cada uno puede sacar sus conclusiones
de lo que eso quiere decir…
Esto siempre se nota más cuando gana. Se viene
arriba, se le suben los humos, y se convierte en un tipo insoportable cada vez
que abre la boca, casi siempre con el “yo” por delante. Porque cuando no gana,
se le ve con más humildad y eso hace que te “acerques” un poco más a él, pero
cuando lo hace, esa humildad se esfuma y sólo queda el egocentrismo.
¿Esto es malo? Pues hombre, él es así. A unos les
puede gustar y a otros les puede resultar odioso, pero lo que es de
agradecer es que él al menos diga lo que realmente piensa y no se esconda y se
invente gilipolleces cuando hace una u otra cosa.
Al contrario del comportamiento del que pareció su
novio en el final de temporada de 2015.
Eso sí, lo que tampoco se puede negar, es que es un
piloto como la copa de un pino. Su capacidad para ir rápido sin que parezca que
va al límite, con esa clase y esa finura, hace que cuando las cosas le van
bien sea uno de los rivales más difíciles de ganar.
Lo único que le falla, en mi opinión (como todo lo
que escribo aquí), es que cuando algo no está como él quiere no es capaz de dar
ese plus que sí dan otros pilotos en situaciones en las que algo no va como les
gustaría.
Para nosotros, los rossistas, es difícil que nos
caiga bien un rival como él (para mí el más fuerte de todos los que ha tenido
Valentino), pero tampoco me parece justo que se le pite en los circuitos, y voy
a decir por qué.
Cuando Valentino estaba en Ducati y todo el mundo
(pilotos, aficionados y parte de la prensa) se cebaban con él y decían que
estaba acabado y que era mejor que se retirase, Jorge fue el único de sus
grandes rivales que se posicionó de parte de Valentino y le defendió.
Eso, añadiéndole que Jorge no había recibido el
mejor de los tratos por parte de Valentino en el pasado (con el muro de Yamaha
de por medio), para mí es motivo suficiente para que todos nosotros le estemos
en parte agradecidos. Yo personalmente lo estoy, aunque sólo sea por eso: por
apoyar a mi ídolo en el momento más duro de su carrera.
Es cierto que después de ver gestos como el de
Sepang, en caliente, te replanteas muchas cosas, pero para mí ese apoyo que le dio allá por
el 2012 siempre estará en mi memoria y por ello creo Jorge Lorenzo se merece el
respeto de nuestra parte.
Obviamente, este año la tensión ha crecido entre
ellos y eso ha hecho que muchos nos hayamos metido con él, pero es normal que
estas cosas pasen cuando se están jugando el Mundial. Ambos han patinado en
algunas declaraciones.
Pero esto no quiere decir que los rossistas le
pitemos en los circuitos. Quizá no se merece nuestro aprecio, pero tampoco creo
que se merezca nuestro desprecio. Para mí, ambos deberían de tener el
reconocimiento “de la otra parte”.
Por mucho que después cuando estos dos pilotazos
se jueguen un Mundial, cada uno despotrique contra el mayor rival del piloto al
que apoya.
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