El doble rasero de la prensa española

Pondría la mano en el fuego al afirmar que muchos de vosotros, por no decir todos, habéis visto muchas veces en la prensa española cómo se ha ensalzado el pilotaje de Marc Márquez, con calificativos siempre positivos, mientras que con Marco Simoncelli sucedió todo lo contrario, al que muchos, incluso, querían verle expulsado del Mundial.

Hoy me gustaría analizar un poco ese doble rasero, propio más de fanáticos que de unos periodistas profesionales.

Allá por el año 2008, hubo un piloto que puso en serios apuros la “hegemonía” española en la categoría de 250cc. A Bautista y Barberá les salió un adversario inesperado, al que no le temblaba el pulso a la hora de hacer un adelantamiento arriesgado, y que tenía un pilotaje demasiado agresivo: Marco Simoncelli.

Por estas acciones, algunos pilotos y muchos periodistas pidieron una sanción para el piloto de Cattolica. Una de las más sonadas, la más grave y que para mí también debería haber tenido una sanción, es la de la maniobra en plena recta de Mugello ‘08 contra Héctor Barberá. Simoncelli hizo un cambio de dirección que no tenía sentido ninguno, no sé con qué intención, pero desde luego fue algo que sobró y ante lo que DC debería haber actuado.

Barberá cayó a 230km/h aproximadamente a causa del choque, y Simoncelli salió sin sanción y vencedor de esa carrera.

En las carreras posteriores, Marco siguió con ese pilotaje agresivo que le caracterizaba y con algunas acciones polémicas, como en la que echó a Bautista de pista en Mugello ‘09. 

Muchos adelantamientos de los que hacía eran muy agresivos, de estos que hacen levantar la moto al adversario, pero agresivos no significa malos ni ilegales.

Era su manera de pilotar, y si bien es cierto que para muchos era excesivo, también lo es que eso en carreras de la época dorada de 500cc era prácticamente el pan de cada día, como la carrera que protagonizaron Schwantz vs Rainey en Suzuka '89 (el vídeo no tiene desperdicio).

Pero el punto donde la prensa se volvió loca, y algunos pilotos también, fue cuando Marco dio el salto a MotoGP y tuvo esos lances de carrera con con Dani Pedrosa en Le Mans y con Jorge Lorenzo en Assen.

Para ir en orden, en Le Mans el incidente fue causado porque Marco dejó sin espacio a Dani y éste, en una acción un poco rara, levantó la moto y dio en la rueda trasera de Simoncelli, fracturándose la clavícula al caer. Ojo, no culpo a Dani ni mucho menos, pero sigo viendo raro que levantase la moto en lugar de seguir tumbado, porque si se ve la imagen a cámara lenta, primero Dani levanta y después está el choque, que sería muy diferente a que Marco cierre y toque él la rueda de Pedrosa. 

Aún así, el lance fue provocado por Marco y DC decidió sancionarle con un Drive Trought (lo que propició por cierto el primer pódium de Valentino con Ducati). Para mí, sanción acertada.

Está claro que todo se vio incrementado por el hecho de que Dani se lesionase en esa caída, pero también lo está que aún faltaban muchas vueltas para el final de la carrera y esa acción no estaba justificada, por lo que la prensa se cebó con Simoncelli.

Después llegó el de Assen con Jorge,  que fue prácticamente igual que el de Valentino con Randy De Puniet en ’08 (mismo circuito y misma curva), consecuencia de ir demasiado fuerte en primeras vueltas con el neumático aún frío. La diferencia es que Jorge enloqueció y echó toda la mierda posible sobre Marco, a la que se unieron pilotos como Dani (que ya le había negado el saludo anteriormente) o como Stoner, y Dirección de Carrera le dio un tirón de orejas para que se controlara en el futuro.

A partir de ahí, fue toda una persecución de la prensa española contra Marco. Se le calificaba de temerario; loco; sucio; e incluso de asesino, entre otras cosas.

Después todos sabemos lo que pasó, y aprovecho para decir que cualquiera que diga que su muerte fue fruto de ese pilotaje, debería pensar las cosas antes de decir semejante gilipollez.

Y casi en paralelo a estos sucesos, surgía la figura de un piloto español que maravillaba a todos por su soltura y su pilotaje. Un piloto llamado a ser el sucesor de Valentino, que tampoco se cortaba un pelo a la hora de hacer adelantamientos al límite: Marc Márquez.

Pruebas de ello, es la acción a final de recta en Qatar en la que echó a Thomas Luthi fuera de la trazada al dejarle sin espacio, o en la que en entrenamientos de Cheste '12 tiró a Corsi (si no recuerdo mal), por intentar adelantarle al límite. En entrenamientos, recalco, sin nada en juego.

Otra prueba es, que inexplicablemente, también en entrenamientos, sólo que ésta vez finalizados, se llevase por delante a Wilairot en Phillip Island.

Luego en MotoGP, tenemos la sonada caída en Silverstone con banderas amarillas en pista por la caída de Crutchlow, en la que sólo la suerte evitó que pidésemos hablar de tragedias. Si tampoco me creéis o pensáis que estoy exagerando, os invito a verlo.

También tenemos Aragón ’13, donde le cortó el cable del Control de Tracción a Dani provocando su caída (cierto que fue fruto de la mala suerte, pero igualmente por ir demasiado pasado de vueltas); Silverstone ’14, donde hizo levantar la moto a Lorenzo en un adelantamiento donde no existía hueco, haciéndole también perder 4 décimas que luego no pudo recuperar en la vuelta y media restante; el adelantamiento a Bautista la pasada temporada en la que le cortó el cable del freno en su intento de remontada tras colarse y provocó la retirada de carrera del talaverano; o la acción en la que intentó adelantar a Valentino por un hueco imposible en Argentina, rozándole con todo el neumático delantero en el costado derecho.

Por todo esto, se podría deducir que Marc sería tratado por la prensa española de la misma manera que lo hicieron con Marco. Sin embargo, y para nuestra sorpresa, utilizan los siguientes adjetivos: valiente; único; crack; o genio.

Para que se vea más claro, esta es la comparativa de los calificativos que da la prensa española a uno y a otro:

           

MARCO SIMONCELLI	MARC MÁRQUEZ
Temerario	Valiente
Loco	Único
Sucio	Crack
Asesino	Genio

Llamadme perspicaz, pero veo cierta diferencia entre los dos. Aunque no sé, no creo que tenga que ver con que uno era italiano y el otro español…  Porque si algo caracteriza a la prensa española, es su rigor y su objetividad, su capacidad para ser totalmente imparciales sin pensar en si la nacionalidad de un piloto es la misma que la suya, ¿no?

Vayamos a ver qué dice la Wikipedia de esa doble moral, o doble rasero:

“La doble moral es un criterio aplicado cuando a un individuo o institución se le acusa de ejercer una doble norma en el tratamiento dado a diferentes grupos de personas, es decir, que injustamente permiten más libertad de conducta a un sujeto que a otro. La doble moral es injusta porque viola el principio de justicia conocido como imparcialidad. La imparcialidad es el principio según el cual los mismos criterios se aplican a todas las personas sin parcialidad ni favoritismo. La doble moral viola este principio pues toma en cuenta a las personas según diferentes criterios.”

Viendo esta definición, a mí, si fuese periodista, se me caería la cara de vergüenza por tener esta falta de criterio. No puede ser a que a dos pilotos tan similares en pilotaje, se les etiquete de manera tan diferente. Es prácticamente un insulto a los seguidores del motociclismo (los de verdad, los que saben al menos que Marc Márquez no corrió en Moto3).

A Marco Simoncelli se le odiaba, mientras que a Marc Márquez se le ama. Ahora al primero se le llora, por conveniencia, por quedar bien. Pero que nadie se confunda, si Marco siguiera vivo, la persecución de la prensa seguiría sobre él (aunque fuese en menor medida), y veríamos cómo con los dos pilotos en la pista, estos hooligans seguirían usando ese doble rasero en favor del piloto que nació en el mismo trozo de tierra que ellos.

Para terminar, quiero aclarar que en estas líneas no defiendo el pilotaje de Marco y ataco el de Marc. Como he dicho, son similares, y ambos me parecen el adecuado (hasta cierto punto), para un piloto de motociclismo. Arriesgando, yendo al límite, y probando cosas que otros no se atreven a hacer.

Lo que no se puede hacer ni permitir, es que la gente que se tiene que encargar de informar y de contar lo que ha pasado, tenga un doble rasero más propio de un hooligan que de un periodista. 

Que dejen los fanatismos para nosotros, los aficionados, que somos sólo eso, y no profesionales, que es lo que ellos deberían ser.