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viernes, 26 de enero de 2018

Respetemos a nuestros ídolos, por favor




El miércoles fui a la presentación de Yamaha en Madrid. No estuve dentro, obviamente, porque no tenía acreditación, pero sí estuve por allí por si tenía oportunidad de ver a Valentino y, con suerte, que se parase a firmar o incluso echarse fotos con todos los que estábamos, que no eran muchos.
Efectivamente, tuve la gran suerte de verle pasar de aquí para allá hasta en cuatro ocasiones. Pero, en la segunda, ya me quedó claro que no se iba a parar en ningún momento.

Y es que si no aprendemos a respetar a nuestros ídolos y a comportarnos, lo único que vamos a conseguir es espectáculos lamentables como el que viví el miércoles, y espantarlos.

  
Soy consciente de que con esto hay gente que se puede sentir identificada, y que piense que la estoy atacando, pero lo único que pretendo con esta entrada es concienciar un poco a todas las personas, para que todos podamos disfrutar de ver a nuestro ídolo y, sobre todo, respetarlo.
Para poneros un poco en situación, os cuento rápidamente cómo fueron las cosas, siempre contadas desde mi posición que era más bien atrás porque no me iba a liar a empujar gente para estar delante:

1. Llega un minibús que aparca muy cerca de la puerta de entrada. Todos imaginamos que ahí vienen Valentino y Maverick y nos aproximamos, dejando un reducido pasillo en medio.
Baja Maverick. Todos nos mantenemos tranquilos y mantenemos una actitud normal. Algún comentario del tipo “Eres un crack Maverick” y poco más. Incluso se para a echarse alguna foto con los privilegiados de primera fila que han llegado ahí a base de lo que han llegado.
Siguen bajando otras personas, y entonces, se ve a Valentino aparecer. La gente se vuelve loca, cámaras arriba, chillidos, y empujones hacia delante. Los encargados de seguridad tienen que abrir pasillo y Valentino pasa rápidamente dentro.

2. Después de hacer la presentación, pasado ya un tiempo, en esta ocasión es quien Valentino sale primero para cambiar de un edificio (el de la presentación) al otro (el de las entrevistas), que eran aproximadamente 15 metros. Pues bien, en esos 15 metros, la gente se echa encima, le intentan agarrar, le “zarandean”, y una vez más él opta por entrar rápidamente mientras seguridad aparta a gente y le van abriendo camino. Yo, todo esto, viéndolo desde lo alto de unas escaleras, cerca, pero sin invadir el espacio de nadie, al ver que si la gente se seguía comportando así, no iba a parar. Y es aquí cuando me doy cuenta de que difícilmente va a hacerlo en algún momento. De hecho pongo este tweet en ese momento.


Sale Maverick para hacer el mismo recorrido. Algunos se aproximan, pero tranquilamente, despacio, y él firma y se echa fotos, aunque tampoco se entretiene demasiado.

3. Pasadas las entrevistas, el mismo recorrido pero a la inversa. Los 15 metros del infierno. Vuelve el mismo espectáculo lamentable, y una persona hasta casi se cae en la escalera. Los responsables de seguridad tienen que ponerse un poco más serios y alguna gente se queja de ello.
Maverick pasa de nuevo al rato, y una vez más todos se comportan normal.

4. Ya pasadas unas horas, después de haber comido, viene una pequeña furgoneta. Todos nos ponemos cerca. Las personas con las que fui, y yo, que estábamos en la puerta desde hacía hora y media esperando, nos vemos echadas hacia atrás por esa gente que pide calma mientras a base de empujones se ponen delante haciendo mucho más reducido el pasillo.
Pasa Maverick, todo correcto como en anteriores veces. Vuelve a pararse un poco, se echa un par de fotos, se monta en la furgoneta, le cierran la puerta, y se va.
Viene otra furgoneta a por Valentino. Todos piden calma e incluso le dicen a seguridad que le dejen pararse un momento, a lo que ellos contestan que si él quiere y estamos tranquilos dejarán hacerlo, pero que si se quiere ir tienen que abrirle camino. Aquí me imagino lo que va a pasar.
Aparece Valentino. Y la misma historia. La gente se vuelve una energúmena, y Valentino se mete en la furgoneta. Y, curiosamente, esa misma persona que pedía calma, cuando un agente de seguridad va a cerrar la puerta, se mete por medio y la vuelve a abrir, metiéndole un colín de su moto para que se lo firmara dentro de la furgoneta. Así como otras personas el casco, o cualquier cosa. Todo esto lo contemplo desde atrás.
Valentino se va, todo se despeja, y mis amigos y yo comentamos lo absurdo de la situación y la poca educación de la gente.

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Esto fue todo. Como podéis ver, fue algo dantesco. Éramos unas 50 personas, no más, y se formaron las que se formaron.

Y que nadie se equivoque. No escribo esto porque me haya dado rabia no poder echarme una foto con él ni que me firmara, porque eso a mí realmente me da igual, la verdad es que me fui contento con verle un par de veces. Quizá me conformo con poco, no sé. O quizá, sabiendo que a esa persona que admiro no le gusta sentirse acosada porque le agobia, tengo el respeto por él de mantenerme al margen y acercarme solamente si accede porque ve a la gente tranquila.
Podéis creerme (o no, tampoco me preocupa), pero lo que realmente me sentó mal es ver esa falta de educación y de empatía, e incluso esa falta de respeto por alguien a quien supuestamente admiras.

Creo que, si la gente se hubiese comportado como con Maverick, Valentino también se hubiera parado, hubiera firmado, y se hubiese echado un par de fotos. Porque estamos hartos de verlo en cada circuito atender a cientos de fans, con una valla de por medio, o en otros lugares cuando la gente se mantiene calmada. Pero claro, si hay 30 Ana Cabanillas sueltas a su alrededor es normal que se dé prisa y no se pare.
Me parece una cuestión de simple respeto. Soy consciente de que es un momento de nervios y de emoción, y entiendo que atraiga muchísima más atención que Maverick. De hecho yo es la segunda vez que tengo la oportunidad de verle de cerca. Pero eso no justifica que nos volvamos unas personas incivilizadas y que todo valga.
El principal problema, es que algunos lo único que quieren es tener su foto para colgarla después en sus cuentas y que todo el mundo vea que ha estado con él. Una cuestión de simple postureo que vemos con muchísimos ejemplos, no sólo con este, en muchas de esas redes sociales. Parece, en algunos casos, lo más importante es tener la foto al precio que sea.


En fin, como he dicho antes, contando esto sólo pretendo hacer un poco de concienciación. Aunque sólo sea en un par de personas, habrá merecido la pena.
Todos a admirar a nuestro ídolo, a intentar conseguir un recuerdo con él y una firma que enmarcar si tenemos la ocasión, pero siempre con el respeto que se merece.
 


2 comentarios:

  1. Jajajajajajaja todos ahi matandose a empujones solo para ver a un tio que no sabe ni quien sois y que se forra a costa de vuestro bolsillo comprandole camisetas y gorras jajajajaja que ignorancia tenemos en el mundo

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