El miércoles fui a la presentación de Yamaha en
Madrid. No estuve dentro, obviamente, porque no tenía acreditación, pero sí
estuve por allí por si tenía oportunidad de ver a Valentino y, con suerte, que
se parase a firmar o incluso echarse fotos con todos los que estábamos, que no
eran muchos.
Efectivamente, tuve la gran suerte de verle pasar
de aquí para allá hasta en cuatro ocasiones. Pero, en la segunda, ya me quedó
claro que no se iba a parar en ningún momento.
Y es que si no aprendemos a respetar a nuestros
ídolos y a comportarnos, lo único que vamos a conseguir es espectáculos
lamentables como el que viví el miércoles, y espantarlos.
Soy consciente de que con esto hay gente que se
puede sentir identificada, y que piense que la estoy atacando, pero lo único
que pretendo con esta entrada es concienciar un poco a todas las personas, para
que todos podamos disfrutar de ver a nuestro ídolo y, sobre todo, respetarlo.
Para poneros un poco en situación, os cuento
rápidamente cómo fueron las cosas, siempre contadas desde mi posición que era
más bien atrás porque no me iba a liar a empujar gente para estar delante:
1. Llega un minibús que aparca muy cerca de la puerta
de entrada. Todos imaginamos que ahí vienen Valentino y Maverick y nos
aproximamos, dejando un reducido pasillo en medio.
Baja Maverick. Todos nos mantenemos tranquilos y
mantenemos una actitud normal. Algún comentario del tipo “Eres un crack
Maverick” y poco más. Incluso se para a echarse alguna foto con los
privilegiados de primera fila que han llegado ahí a base de lo que han llegado.
Siguen bajando otras personas, y entonces, se ve a
Valentino aparecer. La gente se vuelve loca, cámaras arriba, chillidos, y
empujones hacia delante. Los encargados de seguridad tienen que abrir pasillo y
Valentino pasa rápidamente dentro.
2. Después de hacer la presentación, pasado ya un
tiempo, en esta ocasión es quien Valentino sale primero para cambiar de un
edificio (el de la presentación) al otro (el de las entrevistas), que eran
aproximadamente 15 metros. Pues bien, en esos 15 metros, la gente se echa
encima, le intentan agarrar, le “zarandean”, y una vez más él opta por entrar
rápidamente mientras seguridad aparta a gente y le van abriendo camino. Yo,
todo esto, viéndolo desde lo alto de unas escaleras, cerca, pero sin invadir el
espacio de nadie, al ver que si la gente se seguía comportando así, no iba a
parar. Y es aquí cuando me doy cuenta de que difícilmente va a hacerlo en algún
momento. De hecho pongo este tweet en ese momento.
Sale Maverick para hacer el mismo recorrido.
Algunos se aproximan, pero tranquilamente, despacio, y él firma y se echa fotos,
aunque tampoco se entretiene demasiado.
3. Pasadas las entrevistas, el mismo recorrido pero a
la inversa. Los 15 metros del infierno. Vuelve el mismo espectáculo lamentable,
y una persona hasta casi se cae en la escalera. Los responsables de seguridad
tienen que ponerse un poco más serios y alguna gente se queja de ello.
Maverick pasa de nuevo al rato, y una vez más todos
se comportan normal.
4. Ya pasadas unas horas, después de haber comido,
viene una pequeña furgoneta. Todos nos ponemos cerca. Las personas con las que
fui, y yo, que estábamos en la puerta desde hacía hora y media esperando, nos
vemos echadas hacia atrás por esa gente que pide calma mientras a base de
empujones se ponen delante haciendo mucho más reducido el pasillo.
Pasa Maverick, todo correcto como en anteriores
veces. Vuelve a pararse un poco, se echa un par de fotos, se monta en la
furgoneta, le cierran la puerta, y se va.
Viene otra furgoneta a por Valentino. Todos piden
calma e incluso le dicen a seguridad que le dejen pararse un momento, a lo que
ellos contestan que si él quiere y estamos tranquilos dejarán hacerlo, pero que
si se quiere ir tienen que abrirle camino. Aquí me imagino lo que va a pasar.
Aparece Valentino. Y la misma historia. La gente se
vuelve una energúmena, y Valentino se mete en la furgoneta. Y, curiosamente,
esa misma persona que pedía calma, cuando un agente de seguridad va a cerrar la
puerta, se mete por medio y la vuelve a abrir, metiéndole un colín de su moto
para que se lo firmara dentro de la furgoneta. Así como otras personas el
casco, o cualquier cosa. Todo esto lo contemplo desde atrás.
Valentino se va, todo se despeja, y mis amigos y yo
comentamos lo absurdo de la situación y la poca educación de la gente.
-
Esto fue todo. Como podéis ver, fue algo dantesco.
Éramos unas 50 personas, no más, y se formaron las que se formaron.
Y que nadie se equivoque. No escribo esto porque me
haya dado rabia no poder echarme una foto con él ni que me firmara, porque eso
a mí realmente me da igual, la verdad es que me fui contento con verle un par
de veces. Quizá me conformo con poco, no sé. O quizá, sabiendo que a esa
persona que admiro no le gusta sentirse acosada porque le agobia, tengo el
respeto por él de mantenerme al margen y acercarme solamente si accede porque
ve a la gente tranquila.
Podéis creerme (o no, tampoco me preocupa), pero lo
que realmente me sentó mal es ver esa falta de educación y de empatía, e
incluso esa falta de respeto por alguien a quien supuestamente admiras.
Creo que, si la gente se hubiese comportado como
con Maverick, Valentino también se hubiera parado, hubiera firmado, y se
hubiese echado un par de fotos. Porque estamos hartos de verlo en cada circuito
atender a cientos de fans, con una valla de por medio, o en otros lugares
cuando la gente se mantiene calmada. Pero claro, si hay 30 Ana Cabanillas
sueltas a su alrededor es normal que se dé prisa y no se pare.
Me parece una cuestión de simple respeto. Soy
consciente de que es un momento de nervios y de emoción, y entiendo que atraiga
muchísima más atención que Maverick. De hecho yo es la segunda vez que tengo la
oportunidad de verle de cerca. Pero eso no justifica que nos volvamos unas
personas incivilizadas y que todo valga.
El principal problema, es que algunos lo único que
quieren es tener su foto para colgarla después en sus cuentas y que todo el
mundo vea que ha estado con él. Una cuestión de simple postureo que vemos con
muchísimos ejemplos, no sólo con este, en muchas de esas redes sociales.
Parece, en algunos casos, lo más importante es tener la foto al precio que sea.
En fin, como he dicho antes, contando esto sólo
pretendo hacer un poco de concienciación. Aunque sólo sea en un par de
personas, habrá merecido la pena.
Todos a admirar a nuestro ídolo, a intentar
conseguir un recuerdo con él y una firma que enmarcar si tenemos la ocasión, pero siempre con el respeto que se merece.
Toda la razón.
ResponderEliminarJajajajajajaja todos ahi matandose a empujones solo para ver a un tio que no sabe ni quien sois y que se forra a costa de vuestro bolsillo comprandole camisetas y gorras jajajajaja que ignorancia tenemos en el mundo
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