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miércoles, 17 de enero de 2018

Destripando la autobiografía de Valentino Rossi. Capítulo 2, parte 2: Dilemas y obstáculos antes de una firma histórica





Después de ver en la primera parte del capítulo 2 cómo se desarrolló todo hasta que Valentino decidió irse a Yamaha, en esta segunda parte veremos cuándo se firmó finalmente el contrato, de qué manera, y cómo consiguió que Jeremy Burgess y el resto del equipo fuesen con él en esa nueva aventura que le deparaba en 2004. Porque no todo fue tan fácil como puede parecer…




Todo estaba pactado. Valentino había llegado a un acuerdo verbal con Yamaha para correr con ellos, y ahora lo que le preocupaba es que nada se filtrase a la prensa, para así poder tener tiempo de ultimar los detalles del contrato, darle una explicación a Ducati, y comunicar a Honda su decisión.
No quería que su relación con Honda afectase, porque iba a ser Campeón del Mundo con ellos por tercera vez consecutiva y, como él dice: “Para qué estropear a fiesta?”

Además, tenía otro frente abierto. Él quería que Jeremy y su equipo le acompañaran, por lo que tenía que comunicarles que había decidido irse a Yamaha. Jeremy siempre le había hecho entender que si se iba, él le acompañaría allá donde fuese, así que Valentino reunió a todo el equipo en el circuito de Rio de Janeiro.
Allí, en una pequeña sala, convocó a todo el equipo y les hizo saber que estaba evaluando correr para Yamaha, y lo que sucedió fue que todos se quedaron en silencio. Según Valentino, esto fue la reacción de quienes piensan seguirte donde sea, pero realmente nunca esperan que te vayas.
En este punto, Valentino les dijo que no quería presionarles, pero que necesitaba una respuesta antes de finalizar el GP de Japón, lo que les daba unos 10 días de margen. Menos mal que no quería presionarles.

Con esta situación, Valentino y el resto del equipo llegaron a Motegi, donde para acentuar más la situación, Honda le presentó el contrato a Valentino y le comunicaron que ésa era la versión final, y que si no lo tenía firmado el domingo por la mañana, entenderían que no iba a correr para Honda en 2004.
Así pues, el viernes intentaba tener acercamientos a Jeremy para hablar del tema, pero tenía la sensación de que le evitaba. Y, llegado el sábado por la tarde, Valentino finalmente le tuvo que preguntar directamente. La respuesta de Jeremy le pilló por sorpresa y le propinó un mazazo muy duro: “Lo siento, lo sentimos todos mucho, pero hemos decidido no irnos contigo.”
Aunque, pasado un rato, Valentino vio las cosas más claras, y entendió que lo que Jeremy estaba haciendo era presionarle para que no dejase Honda. Según cuenta Valentino, incluso llegó a intentar convencerle de que Yamaha nunca atraparía a Honda, porque no tenía ni los mismos recursos ni los mismos ingenieros. Quizá Jeremy pensó que, así, Valentino seguiría los pasos de Doohan, que también tuvo oportunidades para cambiar de marca pero finalmente nunca lo hizo.
Todo esto, por un instante, hizo que Valentino se revolviera, puesto que para él Jeremy Burgess era su persona de máxima confianza dentro del equipo, y sabía bien que, si él no quería irse a Yamaha y quedarse en Honda, tendría a Nicky Hayden, que acababa de debutar ese año y era su compañero de equipo, como su nuevo piloto. Lógicamente, eso era una apuesta segura para Jeremy y tendría un buen futuro asegurado.

Así que, tras esta conversación, Valentino volvió al hotel (y aquí divaga un poco sobre las similitudes que tiene ese hotel de Motegi con el Overlook Hote, de “El Resplandor”). Allí tenía su contrato de renovación, aún sin firmar. Estaba en un momento decisivo, y decidió reservar otra habitación de hotel para hablar con Furusawa, y con el máximo dirigente del departamento de Yamaha, Kitagawa, quien había ido explícitamente ese fin de semana para intentar cerrar el acuerdo. Allí, en mitad de la noche y de una reunión extremadamente importante donde querían poner en común cómo afrontarían la siguiente temporada y qué garantías le daría Yamaha a Valentino para tener una buena moto, Valentino nos cuenta cómo se quedó atónito cuando, mientras discutían todos los términos, el gran jefe Kitagawa se quedó dormido. Esto fue lo que se le pasó por la cabeza: “¿Qué demonios? Estamos hablando del futuro, de cosas muy importante tanto para mí como para ellos, ¿y este tío sencillamente se queda dormido?”
Más tarde entendió que los japoneses se acuestan muy pronto porque se levantan muy temprano, pero que “ver a ese fulano dormir mientras mi futuro se decidía me hacía sentir incómodo.”

No obstante, la reunión no fue tan mal y, mientras miraba por la ventana a la colina del circuito, decidió que no había vuelta atrás y que aunque Jeremy no le acompañase, él seguiría adelante y firmaría por Yamaha.
Por ello, el día siguiente bajó al circuito en su scooter, con su contrato sin firmar, y lo entregó en blanco a los directivos. Todos entendieron lo que significaba y no cruzaron palabra, simplemente se dieron los buenos días y Valentino fue a su motorhome a prepararse para el warm up.

Al terminar la carrera, en la que quedó segundo, le dijo a Jeremy que se iba a Yamaha, aunque fuese sin él. Valentino nos cuenta que fue incómodo, porque se podía ver cierta decepción en los ojos de Jeremy, ya que había intentado retenerle sin éxito, y a la vez estaba entendiendo que no tenía el valor para hacer el cambio.
Pero todo esto se disipó en Malasia, donde Valentino logró coronarse Campeón del Mundo, el 5º título en su carrera deportiva. Tras la celebración, Jeremy fue a hablar con Valentino y le dijo que quería hablar con Yamaha, así que, mucho más desahogado y con esas dos alegrías en un mismo día (ganar el campeonato y que Jeremy accediese a irse con él), arregló una reunión con para él con Yamaha en Australia.

Aunque no todo iba a ser tan fácil… Valentino comunicó a Yamaha que necesitaba a su equipo con él, pero en Yamaha no estaban tan convencidos de querer ficharles, ya que consideraban que el equipo con el que contaban actualmente era suficiente. Además, Yamaha pedía ya la firma de Valentino porque, al parecer, les dijo que hasta que no ganase el campeonato no iba a firmar, y eso ya había sucedido… Así que querían el contrato firmado ese mismo domingo en el que se había proclamado campeón.
Pero Valentino, primero se fue de fiesta a celebrar el título, encontrándose con Ángel Nieto y disfrutando de sus múltiples anécodtas, y el lunes (con una resaca evidente que en el libro nos “tapa” con que no se podía levantar del cansancio), se presentó en la habitación del hotel en el que había quedado con los representantes de Yamaha, a última hora y con prisas porque tenía que coger el vuelo a Sídney.
Es decir, el contrato más importante en la carrera deportiva de Valentino y uno también de los más importantes de la historia del motociclismo, se hizo efectivo tras una larga espera, con el consiguiente miedo de que al final no se presentara y no firmara, entrando rápidamente en la habitación con todo el equipaje acuestas, y pasando las hojas leyéndolas por encima mientras iba firmando.
Así fue. Nada de una reunión de traje, en una gran sala, con muchos notarios tomando nota... No no, en una habitación, "rápido y corriendo".

Eso sí, antes de salir, avisó a los responsables de Yamaha de que Jeremy estaba interesado, para que hicieran todo lo posible para que siguieran juntos. Es decir, luchaba en todo momento para mantener a todo el equipo unido. Esto era vital y nos hace entender mucho mejor el ambiente en el que quiere trabajar.
Y así fue como, el miércoles por la noche, ya en Australia, Valentino fue a buscar a Jeremy a un bar para acudir a la reunión concertada con Yamaha, y se le encontró con unas cervezas de más. "Alegre". Pero entonces el mítico jefe australiano hizo algo que Valentino considera "increíble", y es simplemente aparentar no haber bebido ni una gota y parecer estar totalmente sobrio. Por lo visto, no se le notaba nada. Y no sólo eso, sino que además, al reunirse con Furusawa, le habló con una sencillez y una humildad que el directivo japonés no se esperaba, ya que se pensaba que al tener delante a un jefe de mecánicos que había ganado 8 de los últimos 10 títulos posibles (con Doohan y Rossi).
Lo que Burgess le contó a Furusawa, y a Jarvis y Brivio que también estaban presentes, fue lo siguiente:

"Honda es un buen equipo, pero lo que ellos hacen no es brujería. Si hacéis lo que Valentino os diga veréis como todo sale bien. Para evitar malentendidos, lo mejor es que los ingenieros hablen directamente con Valentino, porque si yo tengo que traducir y meterme es posible que haya algo que se pierda. Y los ingenieros necesitas decirle muchas cosas, necesitan ser oídos. Serán los que hagan la moto que Valentino pilotará, así que debe haber buena comunicación. Mirad, si conseguís eso, no habrá problemas."

Y no hizo falta nada más. Al día siguiente, firmó el contrato, así como muchos de los miembros del equipo que finalmente se pasaban a Yamaha. Querían irse tantos, que hubo dos de ellos que se tuvieron que quedar en Honda porque no había hueco para ellos. Entre los dos, el telemetrista, ya que en Yamaha sí se quedaron con Matteo Flamigni.
Lo que son las cosas, como dice Valentino: "Dos semanas antes, ninguno quería seguirme a Yamaha, y ahora había tanta gente queriendo cambiarse que no quedaba sitio."

Llegados con esta situación a final de temporada, sólo quedaba hacerlo oficial. Y es que hasta después de la carrera de Valencia no se convocó la rueda de prensa en la que se confirmó el paso de Valentino de Honda a Yamaha.
Tanto es así, que Valentino nos cuenta cómo, la noche del sábado antes de la carrera, se cruzó con Gibernau y éste le dijo que suponía que iba a anunciar que se quedaba en Honda, a lo que Valentino contestó que no, que se iba a Yamaha, y fue cuando vio un destello en los ojos de Sete, que veía la oportunidad de ganar en 2004.
Esa misma noche, Valentino se hizo fotos despidiéndose de su Honda RC211V, y se sincera diciendo que esa despedida fue una de las cosas que más le costó, porque le gustaba mucho esa moto.

Y, al día siguiente, con esa decoración especial, decidió que tenía que ganar, porque quería quedarse con el sabor de la victoria al no saber cuánto tiempo pasaría sin volver a hacerlo. Y así lo hizo.
Luego resultó que no hizo falta esperar mucho, sólo hasta la siguiente carrera, en Welkom.


Espero que os esté gustando. Próximamente, el capítulo 3.



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