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jueves, 20 de octubre de 2016

Lo de Valentino es para que se lo hagan mirar




El Mundial ya tiene un nuevo Campeón, y ese no es otro que Marc Márquez, así que enhorabuena a todos sus fans en primer lugar.
Su temporada ha sido muy regular y consistente, dejando ver que ha aprendido de lo que pasó en 2015, y se ha mostrado en todo momento muy seguro (salvo en el error de Le Mans y alguna que otra “ida de cabeza” como en Silverstone). Esto, sumado a los errores de sus máximos rivales por el título, Jorge Lorenzo y Valentino Rossi, le han hecho alzarse con el campeonato con todavía 3 Grandes Premios por disputarse.

De éste último, de Valentino, quiero hablar especialmente hoy (para variar), porque no es normal…



No es normal que tengamos que estar “decepcionados” por no haber conseguido ese ansiado 10º título. Que un año más tengamos que luchar por un subcampeonato de MotoGP, y que en las 3 carreras que quedan, esperemos a ver si logra alguna victoria más.
¿Sabéis por qué no es normal? Porque no debería hacerlo.

Estamos hablando de un deportista de 37 años, que tras 20 en el Mundial, sigue luchando. ¿Cuántos fans pueden decir eso? Te sobran los dedos de una mano para contarlos.
Ahí es donde reside el verdadero valor de lo que está haciendo Valentino. Si nos “decepciona” es porque le vemos capaz de conseguirlo. Porque compite al máximo nivel, evolucionando su forma de pilotar para adaptarse a todos los cambios, compitiendo con otras generaciones mucho más jóvenes, e incluso ganándolas. ¿No lograrlo es por tanto un fracaso? Absolutamente no.

Doy infinitas gracias a Valentino Rossi por haberme hecho soñar un año más con esa posibilidad, cuando ningún otro fan de cualquier piloto de motociclismo a lo largo de la historia puede decirlo, porque lo normal es que con 37 años o bien esté compitiendo a un nivel mucho más bajo, o directamente está retirado.
Es realmente impresionante que tras tantísimo tiempo siga ahí carrera tras carrera con un espíritu joven y un hambre voraz, que le han llevado a cometer los errores de este año.Y que tras esos errores, su depeción se lea en su cara cuando ya debería darle todo igual.
Verle ahí aún es un regalo para todos nosotros y cualquier fan de verdad de este deporte, más si cabe si somos conscientes de que lo que está haciendo es algo único. Irrepetible no lo sé, no soy vidente, pero sí único.

Ya sabíamos que este hombre ha hecho grande este deporte (sin menospreciar a tantos otros grandísimos pilotos), pero es asombroso que siga haciéndolo y demostrando este amor por el motociclismo, que le lleve no sólo a correr y competir con su edad y tanto a las espaldas, sino también a entrenar (y divertirse) en un Ranch propio continuamente y crear academias para formar a futuros pilotos y ayudarles en sus carreras deportivas.

Por todo ello, pese a ser Valentino Rossi y no tener que demostrar absolutamente nada a nadie, que siga en este estado; con esa ilusión; con esas ganas; con ese coraje; con ese pundonor; con esa valentía; con ese tesón; y, sobre todo, con esa alegría, es para que se lo hagan mirar, porque no hay lógica que explique su grandeza.


PD: No podría terminar esta entrada sin agradecer muchísimo a Jose Armando Gómez (@Joargomez en Twitter), por terminar de inspirarme a escribir lo que acabáis de leer cuando no estaba seguro del todo de hacerlo, gracias a su artículo en Motorsport, del cual os dejo el enlace a continuación y os recomiendo leer.


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