Hoy me apetece hablar de algo que
en las últimas semanas me ha tocado especialmente las pelotas. Si te gusta que
las personas sean moralmente correctas, lo que incluye ser respetuoso, te
recomiendo que no sigas leyendo esta entrada. La razón por la que no voy a
serlo es muy simple: ellos no han respetado a toda la afición del motociclismo,
y por lo tanto, no me han respetado a mí.
Lamentablemente muchos de
nosotros hemos tenido que aguantar cómo se ha intentado echar por tierra el
trabajo que Valentino ha hecho durante todo el 2015. Es más, se ha intentado
destruir su historia en el motociclismo a raíz de lo sucedido en Sepang… al
menos en España. ¿Y todo por qué? ¿Por hablar claro y sin tapujos sobre otro
español? ¿Por una acción nada acertada en un determinado momento de una
carrera? ¿O simplemente será por ser un firme candidato al título frente a un
español?
Permitidme que me decante por la
tercera opción, y es que seamos claros: pilotos de poca relevancia han hablado
sobre pilotos españoles y no se le ha dado bombo, y momentos de acciones no
acertadas de otros pilotos han dado mucho menos que hablar. Pero ay, Valentino
estaba realmente cerca de conseguir quitar un Mundial a un español, y eso sí
que dolía.
Ahora vamos a ir entrando en
materia, y para ello, cito (porque decir copio y pego de la Wikipedia queda
menos elegante), los deberes de los periodistas:
- El periodista no debe nunca obtener información de manera ilícita.
- El periodista debe respetar la verdad y reconocer el derecho de los ciudadanos a conocer esa información.
- Los periodistas tienen la obligación de informar sobre hechos de origen conocido.
- Tienen, además, la obligación de no eliminar informaciones que son esenciales para los ciudadanos.
- No deben distorsionar la información que ofrecen de manera intencionada.
- Los periodistas deben rectificar todas las informaciones que sean erróneas, incompletas o perjudiciales.
- No deben aceptar, bajo ningún concepto, gratificaciones por ofrecer un tipo de información concreta.
- Deben publicar siempre información objetiva e imparcial.
- Tienen que respetar los derechos al honor, a la no discriminación y a la propiedad intelectual y promover la igualdad.
Las que más me interesan para lo
que quiero hablar hoy están en negrita, y la verdaderamente esencial además
subrayada.
Por poner el ejemplo más claro:
la “patada” de Rossi a Márquez en Sepang. Y hablo basándome en artículos de
gente (que no periodistas viendo los deberes que deben cumplir y que no cumplen)
como Raúl Romojaro (AS), o Jaime Alguersuari (que no sé ni para quién o qué
trabaja), o muchos otros que rondan por Twitter dándoselas de imparciales pero
que se les ha caído la careta cuando las cosas se han puesto complicadas. Esto es lo que ellos llaman...
Del punto 2 veo que no se
respeta la verdad, pues la verdad es que no existe patada, que quedó
demostrado, y ellos siguen emperrados en decirlo.
Punto 4, eliminar informaciones
esenciales, como el hecho de que Márquez rodaba en entrenamientos casi un segundo
más rápido de lo que lo hizo en carrera, echando por tierra así su afirmación
de que “Marc estaba haciendo su carrera”.
Punto 5, sobre distorsionar la
realidad, mejor no hablo de ello porque no acabaría. Sólo digo para abreviar que
“Matrix” es una demo al lado de los artículos de esta gente.
Punto 6, volvemos a lo mismo
sobre la patada. En un principio parecía que sí, luego se demostró que no, y no
sólo no han rectificado, sino que como he dicho antes, han seguido diciéndolo.
Y punto 8 y más importante: ni
son objetivos ni son imparciales. Más bien son como pequeños Hitler (y perdonad
el símil tan radical pero es para que me entendáis).
Lo único que les importa es que
su raza aria gane las carreras, y a todos los que no pertenezcan a ella y
pongan las cosas difíciles, los acosan y apedrean, consiguiendo así que la
gente entendida del motociclismo desde antes de ayer, se forme una idea
totalmente alejada de la realidad de un determinado piloto. Lo verdaderamente
importante para ellos es conquistar el máximo de territorios posibles, que
suene el himno español al término de cada prueba, lo cual no me puede parecer
más triste.
Porque si de verdad amas este
deporte, siempre te fijarás en un piloto que para ti tenga alguna cualidad
esencial, que por lo que sea te guste más, pero nunca mirarás el color de su
bandera.
Y ahora la gente me podría decir:
“¿Y tú no haces lo mismo con Valentino Rossi que lo que los periodistas hacen
con los pilotos españoles? ¿Eso no es ser un hipócrita?”
Sí, lo hago, porque mi bandera es
amarilla y tiene un 46, y no me cuesta nada admitirlo al contrario que a ellos,
que se les llena la boca diciendo que son imparciales pero luego pierden el
culo por todo aquello que sea español. Y lo más importante: yo no soy
periodista. No informo a una masa de público, no es mi deber no distorsionar la
información por "culpa" de mi afición a Valentino, y por lo tanto, no tengo por
qué ser objetivo e imparcial.
Diferencias. Sutiles, casi imperceptibles, pero diferencias.
El deporte se “inventó” para divertirse
y competir sanamente. Para unir, no para crear guerras, como en los primeros
Juegos Olímpicos de Grecia donde se paraban las luchas mientras se celebraban. Por tanto ellos son la antítesis del deporte mismo, creando artículos cargados de
polémicas y mentiras para influir en un público que acude como un redil de
ovejas a una “única verdad” sin contrastar nada (los de antes de ayer). Público
que es el que más se enciende y el que menos respeta, y todo esto creado por
estos “periodistas”, causantes de que el GP de Valencia se declarara evento de
alto riesgo.
Por todo esto, y hablando claro y
para terminar: esta gente no merece ser llamada periodista. Son más fanáticos
que muchos de nosotros, con la diferencia de que lo son hacia un país, no hacia
un piloto.
Yo tengo claro que nunca escupiré
en el plato del que voy a comer; mientras ellos no hacen otras cosa intentando
cargarse de un plumazo a una leyenda que tanto ha hecho por el motociclismo y
tanto les ha dado que hablar para ganarse su sueldo.
Ese nacionalismo absurdo hace que
me plantee hasta qué punto es necesario llegar para sentirse orgulloso de haber
nacido, aleatoriamente, en un país. ¿Hasta el punto de llevarlo al ámbito del
deporte y no importarte derribar al que para muchos es el mejor piloto de la
historia?
Pues dejadme que os diga una
cosa: por mí pueden seguir contando y escribiendo gilipolleces si con ello se
sienten orgullosos. Puede ser que hasta yo mismo lo esté haciendo, y
verdaderamente me siento orgulloso de escribir estas líneas. Pero la leyenda de
Valentino Rossi es mucho más extensa que sus parráfos, y por tanto, perdurará
en la historia, mientras que sus artículos caerán en el olvido.
Vaya, muy buen post! Sigue asi... me reporto desde Arg :)
ResponderEliminarMuchas gracias! Me alegro mucho de que te haya gustado :)
EliminarDisculpa haber leído hasta ahora, también totalmente de acuerdo contigo, me dio mucha tristeza lo que ocurrió en pista entre Vale y MM, pero me dio más tristeza y rabia el leer como los medios periodísticos españoles se ensañaron con Vale y disculparon al otro. Todo esto te lo escribo desde México, donde podemos ser "objetivos" ya que no influye la nacionalidad de los pilotos, sino lo que transmiten desde la pista. MM me perdió para siempre y siempre #IoStoConVale. Un abrazo.
ResponderEliminarHola Arturo. No había leído este comentario hasta ahora. Por desgracia, en España no sólo se ha convertido en una campaña proespañola, sino antiRossi, porque lo único que están haciendo es intentar echar por tierra la imagen de Valentino.
EliminarEn fin, una pena, pero al menos me consuela que haya gente que sea capaz de pensar por sí misma y no dejarse influir tanto por los periodistas.
¡Muchas gracias por leer y transmitirme tu opinión! Un saludo.