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martes, 20 de febrero de 2018

Destripando la autobiografía de Valentino Rossi. Capítulo 5: Aterrizaje en el Mundial



Si Valentino ha tenido alguna vez una faceta de estudiante serio y disciplinado, tened por seguro que eso no fue en plena adolescencia, cuando ya competía a un nivel semiprofesional. Él tuvo muy claro lo que quería ser, y nunca fue el alumno modelo que digamos…
En este capítulo nos cuenta un poco más sobre este periodo de su vida, cómo decidió dejarlo para dedicarse plenamente al motociclismo, y qué primeras impresiones tuvo al llegar al Mundial. Todo ello con muchas anécdotas divertidas.



Seguramente todos los que estáis leyendo esto habéis tenido algún profesor que os ha juzgado y ha jugado a adivinar vuestro futuro, al más puro estilo Sandro Rey. Pues a Valentino le pasó exactamente lo mismo cuando tenía unos 14-15 años de edad, sólo que a él se lo decían por dos motivos principales, y uno de ellos no muy común: el primero es que no prestaba mucha atención y no le gustaba estudiar (sobre todo Historia del Arte), y el segundo es que se ausentaba en muchas ocasiones para poder competir.
Precisamente, su profesora de Historia del Arte es la que se marcó la profecía más equivocada de todas (a lo mejor era amiga de Alberto Puig y no lo sabemos), pues le dijo: “¿Realmente crees que si sigues andando por ahí con tus absurdas motos algún día podrás vivir de eso?”
La verdad que, viéndolo con perspectiva, casi que podríamos asegurar que sí… Aunque no estoy muy seguro, porque quizá Valentino tiene algún problema para llegar a fin de mes.

De hecho, una de esas veces en las que se ausentó de las clases, fue por estar corriendo el Open Ducados en el Jarama (Madrid). Allí, terminó tercero por detrás de pilotos del Mundial, concretamente Emilio Alzamora, y Jorge Martínez Aspar. Imaginaos, viajar a España y quedar en el pódium sólo por detrás de dos mundialistas. Ahí es nada, pero los profesores seguían diciéndole aquello de “deja eso y concéntrate en estudiar, que será mucho mejor para ti”, reforzados por el hecho de que muchas veces Valentino volvía con magulladuras o heridas, ya que en esa época se caía mucho, como pudimos leer en el capítulo anterior en el que nos explica sus experiencias en el Campeonato Italiano y el Europeo (es más, su meñique perceptiblemente desfigurado, aunque muy poco, se debe a una caída muy fuerte que tuvo en Assen intentando seguir a Cechinello).

Aunque bien es cierto que, cuando iba a las clases, no sólo no las aprovechaba, sino que en las asambleas de alumnos él compraba la revista Motosprint y la leía mientras los demás alumnos discutían sobre las mejoras que se podían dar en su instituto de Pésaro.
Como veis, tenía muy claro a lo que se quería dedicar y no veía ningún futuro en los estudios.


Sinceramente, yo soy de las personas que piensan que hay que saber compaginar, y que estudiar es importante, pero está claro que a Valentino le iba nada de eso y, además, no se le daba bien.
Por eso cuando llegó la hora de elegir, a punto de dar el salto al Mundial, tuvo que elegir. Contra todo pronóstico eligió el motociclismo. Vaya, quién lo hubiera adivinado. Todo ello, por supuesto, apoyado por sus padres.
Así, aterrizó en el Mundial, donde su primera toma de contacto fue en el IRTA de Jerez de 1996. Allí se dio cuenta de que eso era otro mundo. Todos iban muy muy rápido, y Valentino nos cuenta que especialmente le impresionaron los japoneses (en especial Kazuto Sakata, en una época donde Japón era una potencia en lo que a pilotos se refiere). De hecho, había vueltas en las que Valentino iba hasta 4 segundos más lento. ¡4 segundos! Una barbaridad, pero que al menos no tardó en reducir para poder rodar en tiempos competitivos.

¿Y cómo llegó allí? Gracias a terminar 3º en el Europeo, tras arrastrar una lesión de muñeca. Gian Piero Sacchi, director deportivo de Aprilia por entonces, contacto con él a través de Carlo Pernat. Y de esta manera, Valentino obtuvo esa Aprilia 125cc en el Team AGV, que estaba decorada por… Aldo Drudi.

 

Como podéis ver, la relación tan estrecha en ese triángulo que es Valentino-AGV-Drudi viene desde sus propios inicios. Y es muy bonito ver cómo, más de 20 años después, siguen estando completamente unidos y sacando diseños nuevos en sus cascos.


De esta manera, llegó el estreno de Valentino en el Mundial, en el circuito malayo de Shah Alam. Allí consiguió salir desde la tercera fila, y estar en los primeros puestos durante buena parte de la carrera (si no recuerdo mal, terminó 6º, nada mal para su primera carrera). Pero además, pasó algo que muchos desconocen y que es muy divertido: en plena lucha, mientras Valentino iba detrás de Dirk Raudies, su moto (la de Dirk) gripó, por lo que Valentino tuvo que frenar fuerte y, justo el piloto que venía detrás, que era el máximo aspirante al título, Jorge Martínez Aspar, no pudo evitarlo y se cayó.
Es decir, Valentino “tocó” al “intocable” del año, que además venía muy bien acompañado por nada más y nada menos que Ángel Nieto (leyenda donde las haya). Así que, al terminar la carrera, tanto Jorge como Ángel fueron al box de Valentino de muy malos humos, a insultarle y amenazarle. Valentino decidió esconderse detrás de uno de sus mecánicos, pero admite que se divirtió con las escena: “Se los veía muy cabreados, tan bajitos y delgados, moviendo los brazos de arriba abajo… Daban poco miedo y era divertido.”
Fijaos lo que son las cosas… Lo mal que empezó, y el profundo respeto que ahora sienten tanto Jorge como Valentino mutuamente, llegando incluso a colaborar en Moto3 con los pilotos de la Academy, y la enorme relación que tenían (y sé que siguen teniendo pese a todo gracias a sys hijos Pablo y Gelete) Ángel y Valentino…


La temporada siguió adelante, y Valentino cmetía muchos errores, por lo que Sacchi le dio un toque de atención y le dijo que, si seguía pilotando así, podría ser como mucho durante un día como Kevin Schwantz, pero si se relajaba, podría ser como Biaggi. Os podéis imaginar lo que pensó Valentino, y que él mismo nos dice: “¿Cómo Biaggi? ¡Ni hablar! Prefiero ser como Schwantz.”

Así, con ese pensamiento, y en una época en la que la diplomacia no era su punto fuerte y daba mucho juego a la prensa, fue cuando empezó a hablar más de lo debido (sin darse cuenta), y fue como empezaron de este modo las peleas con Biaggi…


Pero eso ya, para el siguiente capítulo. Os espero.


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