Si Valentino ha tenido alguna vez una faceta de estudiante serio y disciplinado, tened por seguro que eso no fue en plena adolescencia, cuando ya competía a un nivel semiprofesional. Él tuvo muy claro lo que quería ser, y nunca fue el alumno modelo que digamos…
En este capítulo nos cuenta un poco más sobre este
periodo de su vida, cómo decidió dejarlo para dedicarse plenamente al
motociclismo, y qué primeras impresiones tuvo al llegar al Mundial. Todo ello
con muchas anécdotas divertidas.
Seguramente todos los que estáis leyendo esto
habéis tenido algún profesor que os ha juzgado y ha jugado a adivinar vuestro
futuro, al más puro estilo Sandro Rey. Pues a Valentino le pasó exactamente lo
mismo cuando tenía unos 14-15 años de edad, sólo que a él se lo decían por dos
motivos principales, y uno de ellos no muy común: el primero es que no prestaba
mucha atención y no le gustaba estudiar (sobre todo Historia del Arte), y el
segundo es que se ausentaba en muchas ocasiones para poder competir.
Precisamente, su profesora de Historia del Arte es
la que se marcó la profecía más equivocada de todas (a lo mejor era amiga de
Alberto Puig y no lo sabemos), pues le dijo: “¿Realmente crees que si sigues
andando por ahí con tus absurdas motos algún día podrás vivir de eso?”
La verdad que, viéndolo con perspectiva, casi que
podríamos asegurar que sí… Aunque no estoy muy seguro, porque quizá Valentino
tiene algún problema para llegar a fin de mes.
De hecho, una de esas veces en las que se ausentó
de las clases, fue por estar corriendo el Open Ducados en el Jarama (Madrid).
Allí, terminó tercero por detrás de pilotos del Mundial, concretamente Emilio
Alzamora, y Jorge Martínez Aspar. Imaginaos, viajar a España y quedar en el pódium
sólo por detrás de dos mundialistas. Ahí es nada, pero los profesores seguían
diciéndole aquello de “deja eso y concéntrate en estudiar, que será mucho mejor
para ti”, reforzados por el hecho de que muchas veces Valentino volvía con
magulladuras o heridas, ya que en esa época se caía mucho, como pudimos leer en
el capítulo anterior en el que nos explica sus experiencias en el Campeonato
Italiano y el Europeo (es más, su meñique perceptiblemente desfigurado, aunque muy poco, se debe
a una caída muy fuerte que tuvo en Assen intentando seguir a Cechinello).
Aunque bien es cierto que, cuando iba a las clases,
no sólo no las aprovechaba, sino que en las asambleas de alumnos él compraba la
revista Motosprint y la leía mientras los demás alumnos discutían sobre las
mejoras que se podían dar en su instituto de Pésaro.
Como veis, tenía muy claro a lo que se quería
dedicar y no veía ningún futuro en los estudios.
Sinceramente, yo soy de las personas que piensan
que hay que saber compaginar, y que estudiar es importante, pero está claro que
a Valentino le iba nada de eso y, además, no se le daba bien.
Por eso cuando llegó la hora de elegir, a punto de
dar el salto al Mundial, tuvo que elegir. Contra todo pronóstico eligió el
motociclismo. Vaya, quién lo hubiera adivinado. Todo ello, por supuesto,
apoyado por sus padres.
Así, aterrizó en el Mundial, donde su primera toma
de contacto fue en el IRTA de Jerez de 1996. Allí se dio cuenta de que eso era
otro mundo. Todos iban muy muy rápido, y Valentino nos cuenta que especialmente
le impresionaron los japoneses (en especial Kazuto Sakata, en una época donde
Japón era una potencia en lo que a pilotos se refiere). De hecho, había vueltas
en las que Valentino iba hasta 4 segundos más lento. ¡4 segundos! Una
barbaridad, pero que al menos no tardó en reducir para poder rodar en tiempos
competitivos.
¿Y cómo llegó allí? Gracias a terminar 3º en el
Europeo, tras arrastrar una lesión de muñeca. Gian Piero Sacchi, director
deportivo de Aprilia por entonces, contacto con él a través de Carlo Pernat. Y
de esta manera, Valentino obtuvo esa Aprilia 125cc en el Team AGV, que estaba
decorada por… Aldo Drudi.
Como podéis ver, la relación tan estrecha en ese
triángulo que es Valentino-AGV-Drudi viene desde sus propios inicios. Y es muy
bonito ver cómo, más de 20 años después, siguen estando completamente unidos y
sacando diseños nuevos en sus cascos.
De esta manera, llegó el estreno de Valentino en el
Mundial, en el circuito malayo de Shah Alam. Allí consiguió salir desde la
tercera fila, y estar en los primeros puestos durante buena parte de la carrera
(si no recuerdo mal, terminó 6º, nada mal para su primera carrera). Pero además,
pasó algo que muchos desconocen y que es muy divertido: en plena lucha,
mientras Valentino iba detrás de Dirk Raudies, su moto (la de Dirk) gripó, por
lo que Valentino tuvo que frenar fuerte y, justo el piloto que venía detrás,
que era el máximo aspirante al título, Jorge Martínez Aspar, no pudo evitarlo y
se cayó.
Es decir, Valentino “tocó” al “intocable” del año,
que además venía muy bien acompañado por nada más y nada menos que Ángel Nieto
(leyenda donde las haya). Así que, al terminar la carrera, tanto Jorge como
Ángel fueron al box de Valentino de muy malos humos, a insultarle y amenazarle.
Valentino decidió esconderse detrás de uno de sus mecánicos, pero admite que se
divirtió con las escena: “Se los veía muy cabreados, tan bajitos y delgados,
moviendo los brazos de arriba abajo… Daban poco miedo y era divertido.”
Fijaos lo que son las cosas… Lo mal que empezó, y
el profundo respeto que ahora sienten tanto Jorge como Valentino mutuamente,
llegando incluso a colaborar en Moto3 con los pilotos de la Academy, y la
enorme relación que tenían (y sé que siguen teniendo pese a todo gracias a sys
hijos Pablo y Gelete) Ángel y Valentino…
La temporada siguió adelante, y Valentino cmetía muchos errores, por lo que Sacchi le dio un toque de atención y le dijo que, si seguía pilotando así, podría ser como mucho durante un día como Kevin Schwantz, pero si se relajaba, podría ser como Biaggi. Os podéis imaginar lo que pensó Valentino, y que él mismo nos dice: “¿Cómo Biaggi? ¡Ni hablar! Prefiero ser como Schwantz.”
Así, con ese pensamiento, y en una época en la que
la diplomacia no era su punto fuerte y daba mucho juego a la prensa, fue cuando
empezó a hablar más de lo debido (sin darse cuenta), y fue como empezaron de
este modo las peleas con Biaggi…
Pero eso ya, para el siguiente capítulo. Os espero.
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