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sábado, 13 de enero de 2018

Destripando la autobiografía de Valentino Rossi. Capítulo 2, parte 1: La seducción de Yamaha, la prepotencia de Honda, y el coqueteo de Ducati


El segundo capítulo es algo extenso, por lo que veo necesario dividirlo en dos partes para que se vea y entienda mejor cada proceso que se cuenta.
En esta primera parte, vamos a descubrir cómo fueron los acontecimientos que se desarrollaron en 2003: los primeros contactos con Yamaha; la actitud de Honda a la hora de negociar la renovación; y algo que no es muy sabido, la primera toma de contacto y el "caramelito" que le ofreció Ducati.
Todo esto, mientras vemos qué sensaciones tenía Valentino y cómo se fue planteando el nuevo reto que cambiaría para siempre su carrera y la historia del motociclismo.



Cuando se habla del paso de Valentino de Honda a Yamaha para el año 2004, muy pocos saben o se imaginan cómo y dónde se empezó a fraguar esta relación. Podemos imaginar que fue en despachos, en salas de hoteles o del propio paddock, o incluso en la propia fábrica de Yamaha, pero la realidad es que la primera toma de contacto se realizó en un ámbito muy diferente: la isla de Ibiza.
Como sabréis, Ibiza es uno de los lugares donde a menudo veranea Valentino. Es un sitio que le hace desconectar, por lo que en aquel febrero de 2003, le pareció tanto a él como a su "mánager", Gibo, el sitio perfecto para reunirse con Davide Brivio, el principal artífice y "culpable" de que Valentino abandonara Honda. En realidad, Davide ya había pedido una reunión en 2002, tras el Gran Premio de Brasil, donde Valentino se proclamó Campeón del Mundo, siendo el primer piloto de la historia en conseguir los títulos de 125cc, 250cc, 500cc, y MotoGP. Pero no fue hasta Febrero cuando tuvieron esa primera reunión.
Fijaos cómo  son las cosas, muchos podíamos pensar que esto se empezó a mitad de la temporada de 2003, y en realidad el primer acercamiento fue en 2002, que tuvo como resultado el primer encuentro cuando aún no había empezado la temporada de 2003.

Esa primera reunión tuvo lugar en la Playa de las Salinas (así que ya sabéis, si visitáis Ibiza y vais por esa playa, pensad que estáis en el lugar donde prácticamente todo comenzó), y Davide fue claro: "Te queremos. Eres el único motivo de que no podamos ganar a Honda. Mientras corras para ellos, jamás conseguiremos ganarles."
Pero, aunque pudiera parecer que él había sido mandado allí por parte de Yamaha, la realidad era bien distinta: "Por ahora esto es sólo una idea mía, no forma parte de ningún plan de Yamaha... Yo he venido aquí a sondearte, a ver si estás interesado. Si tú crees que es algo que podrías considerar, entonces estoy listo para ir a Japón y presentarles mi proyecto. Si no, aquí acaba todo. Los japoneses saben que venido hablar contigo, pero por ahora no parecen demasiado interesados."
Es decir, Davide había dado el primer paso sin consultar ni siquiera a Yamaha, aunque realmente supieran que lo estaba haciendo. Quizá el conocer a Valentino desde hacía unos años, le había llevado a hacerlo. Pero una cosa estaba clara, los responsables de Yamaha no estaban interesados porque realmente no veían ninguna posibilidad de que Valentino dejara Honda, mucho menos tras un primer año con las nuevas 990cc en el que había arrasado con una moto muy superior a la Yamaha.
Valentino consideró la opción y le dijo que era algo de lo que podrían hablar más. ¿Por qué? Porque le atrajo la manera que Davide tenía de hablar de Yamaha, de su equipo, y de su forma de trabajo. Él ya no estaba del todo a gusto en Honda, por ver las cosas de manera diferente, pero como bien dice: "Una cosa es no estar totalmente a gusto en algún lugar, y otra muy diferente estar preparado para dejarlo."
A Valentino le llamó la atención el proyecto, pero por el momento no se planteaba dejar Honda, simplemente sabía que su contrato finalizaba en 2003 y tenía que tener en cuenta otras opciones por si acaso. 
No ayudaba a que la idea le pareciese demasiado atractiva el hecho de que Yamaha estaba pasando por uno de los peores momentos de su historia. En 2002 sólo consiguió dos victorias que fueron obra de Biaggi (Brno y Sepang), y en 2003 ni siquiera aspiraban al podium. No conseguían desarrollar la moto, y según lo veía Valentino, al equipo de Yamaha se lo veía desmotivado y cansado, con una generación de técnicos que no encontraban muy bien la manera de acertar en esta nueva época en la que entraba en juego un factor muy importante: la tecnología.

Es por ello que en Yamaha sí querían un cambio, pero ni se les pasaba por la cabeza que Valentino pudiera formar parte de él, aunque Brivio ya les hubiese transmitido el acercamiento de Ibiza. Tras Mugello, donde Yamaha volvió a cosechar unos resultados malísimos, Davide escribió a Furusawa, jefe del departamento tecnológico de Yamaha y jefe del departamento de motos, para decirle que el piloto era clave en proceso de renovación que querían hacer, y que por lo tanto necesitaban a Valentino Rossi.
Furusawa aceptó tener una pequeña reunión con Valentino, y viajó a Barcelona, donde se celebraba el próximo GP en Montmeló. Como he señalado, en Yamaha era impensable que Valentino se plantease siquiera dejar Honda, por lo que la pregunta fue clara: "Cuáles son las razones por las que estarías dispuesto a venir a Yamaha." A lo que Valentino contestó: "Si quiero, puedo permanecer en Honda y, si todo sale bien, puedo ganar otros dos títulos mundiales. Pero eso es algo que ya he conseguido. Y por eso es por lo que, antes de acabar mi carrera, me gustaría ganar con otra moto."
A Furusawa pareció convencerle, ya que desde entonces sí se empezaron a tomar algo más en serio la posibilidad de que Valentino formara parte de Yamaha en 2004, dado que regresó a Japón para intentar convencer a los demás directivos de que la opción era muy real.

Pero este GP de Barcelona no sólo tuvo este hecho importante, sino dos más.
El primero, que Honda ofreció un contrato de renovación a Valentino similar al de su compañero Ukawa. Esto para Valentino tenía que ser una broma, puesto que ya había conseguido dos títulos y estaba en camino de conseguir el tercero, superando constamente a Ukawa. Pero no lo era, simplemente era lo que le hizo confirmar lo que ya sospechaba de Honda: ellos consideraban que el piloto no era lo importante, sino la moto. Los dos corrían con la misma moto, por lo tanto los dos deberían tener el mismo contrato.
Era algo impensable. Valentino era quien les daba las victorias y los títulos, pero en Honda pensaban que sólo los conseguía por llevar la moto que ellos preparaban. Este hecho no hizo más que animar a Valentino a buscar nuevos retos, por lo que en la siguiente carrera, en Assen, no firmó el contrato que Honda le ofrecía, lo cual no les sentó muy bien...
El segundo hecho importante en Barcelona fue que, en la propia carrera, tras un error en el que Valentino se fue largo y perdió muchísimas posiciones, consiguió remontar a un ritmo mucho mayor que los demás (prácticamente un segundo por vuelta), hasta terminar la carrera en segunda posición, tras Loris Capirossi, que conseguía la primera victoria en la historia de Ducati. Tras esta exhibición, el propio Gibo y otros amigos de Valentino, entre los que se encontraba Uccio, le dijeron que seguramente podría ganar hasta con una Yamaha, porque él era muy superior al resto (sin saber muchos de sus amigos que ya había tenido reuniones con ellos).

Todo esto hizo que Valentino pensase cada vez más en la opción de Yamaha, ya que nos cuenta que cada vez que pensaba en renovar con Honda, una sensación amarga le invadía. Por lo tanto, esto le lleva a tener una de las primeras situaciones más hilarantes de toda esta historia, que tuvo lugar en el garaje de Yamaha, en Donington Park.
Aquí, tras decir que no en Assen a las condiciones que Honda le ofrecía en su renovación, fue donde Valentino hizo algo que muy pocos saben: se subió a una M1. Sí sí, has leído bien, pero esto no significa que la pilotase. Simplemente, en mitad de la noche, concertó una cita en el box de Yamaha, donde le recibió Ichiro Yoda, el responsable del diseño de la M1, con los ojos rojos e hinchados de cansancio, y se subió a la moto de Carlos Checa, una Yamaha oficial, para ver cómo era.
Valentino nos cuenta que sus sensaciones no fueron buenas: "Era fea y contrahecha. Estaba montada sin lógica, demasiados cables por todas partes, un montón de cosas que parecían mal colocadas, la posición de pitolaje parecía equivocada, igual que los semimanillares y el depósito de combustible."
Pese a todo, le llamó la atención el cuadro con el display digital, más avanzado que el de Honda, y Yoda, al ver que estaba encantado con él, lo encendió, y Valentino le dijo que era muy bonito. Y, el propio Yoda, con la cara seria, le dijo una frase que, sin saberlo, hizo que a Valentino le atrajese aún más la idea de ir a Yamaha: "Lo hemos hecho grande y bonito de forma que, si hay tiempo durante la carrera, puedes sentarte cómodamente y ver un DVD."
Tras unos instantes en los que Valentino y Gibo se miraron en silencio, todos empezaron a reír. Y no es que en ese momento ya decidiese que se iba, pero sí que le hizo ver que el espíritu de Yamaha era totalmente diferente al de Honda. Los ingenieros hacían bromas, había un ambiente más distendido, y para Valentino eso era clave a la hora de formar un equipo. Siempre lo ha dicho, a él le gusta que dentro de su equipo haya buen rollo y pueda estar a gusto con su gente de confianza, y eso es lo que sintió que conseguiría en Yamaha.
Aún así, los directivos de la marca aún no creían 100% que el acuerdo puede llegar a buen cauce.

Y, en este punto, entró en juego un tercer aspirante: Ducati. Valentino nos revela que fue él el que decidió tener una reunión con ellos, puesto que conocía a dos de sus jefes mecánicos: Massimo Bracconi y Bruno Leoni. Y muchas veces cuando salían juntos, le decían en tono de broma que se uniese a ellos.
Así que Valentino decidió viajar a la sede de Ducati, Borgo Panigale, en Bolonia, para ver qué podrían ofrecerle. Allí les recibió a él y Gibo el director del equipo de entonces: Livio Suppo. Les enseñó la fábrica y les habló del proyecto, siendo mucho más directo que lo que había sido Yamaha. Pero a la hora de expresar qué querían cada uno, Valentino vio que estaban muy centrados en ser tecnológicamente superiores a las demás marcas. Es decir, el proyecto se basaba en demostrar que la Ducati era mejor, por lo que al ver esa cierta similitud con Honda, no le gustó mucho la idea y se dio cuenta de que ambos tenían aspiraciones diferentes, pues Valentino quería desarrollar una moto y hacerla ganadora, con un equipo que le siguiese e hiciese caso de lo que él indicaba. Y eso, en Ducati, parecía que no se iba a cumplir. De hecho nos cuenta cómo, ya en 2004, en Welkom, al ver Jeremy Burguess y él a Loris encima de la Ducati, que era muy nerviosa y no era capaz de llevarla por el sitio, le hizo darse cuenta de que hizo bien en no aceptar.
Además, en esos momentos, estaba claro que Ducati estaba muy por encima de Yamaha, porque que como he comentado antes, Capirossi había ganado con ella en Barcelona y siempre andaba rondando el podium. Sumando esto a las diferentes maneras de ver las cosas, Valentino pensó: "Si voy a irme de Honda, necesito hacerlo por un reto de verdad, algo increíble, aparentemente imposible. Si no, no tiene sentido, para eso me quedo donde estoy."
Todo este hecho es muy curioso, pues muy pocos saben que hubo esta toma de contacto en 2003, y que la opción de ver a Valentino de rojo en 2004 estuvo presente en algún momento en su cabeza. Y eso, viéndolo con perspectiva y sabiendo lo que ya ha pasado, nos hace entender de alguna manera que, en 2010, anunciase su fichaje por la marca italiana, ya que se encontraban en serias dificultades y probablemente lo vio, esa vez sí, como otro reto que conseguir. Aunque esa vez no salió del todo bien como sabemos, por mucho que Valentino intentase cambiar un poco la "filosofía" de Ducati. 
No obstante, como digo, sí que creo que saber esto ayuda a entender un poco mejor el por qué decidió probar suerte con Ducati. No era algo nuevo, la idea venía de mucho más atrás.

Con Ducati fuera de juego, y Honda sin ceder ni un milímetro en las condiciones de renovación, ya que creían que al final aceptaría al no tener ninguna opción mejor y verle incapaz de irse a otra marca, la idea de Yamaha cada vez le parecía más atractiva.
Es así como, a finales de Julio, de nuevo en Ibiza en unas pequeñas vacaciones, Valentino empezó a ver clara su decisión final. Honda no le valoraba; Ducati, pese ser una gran sorpresa en su primer año, tenía también otras convicciones y no estaban tan mal; Yamaha, sin embargo, se acercaba más a su forma de ver las cosas y, un valor añadido, estaban mucho peor y era un reto mucho más interesante.
Es cierto que nadie le aseguraba que fuese a ir bien, aunque en cada pequeña reunión con Yamaha, le prometiesen que había en marcha una gran reestructuración y podían, junto con él, hacer una moto competitiva. Pero allí, pensando en paz, rodeado del mar, de sus amigos, en la arena de Ibiza, fue donde se dio cuenta de que la idea cada vez le atraía más, y que él sentía en su interior que tenía que ser así. Aunque loca, le pareció estimulante, y por fin lo decidió: "Me voy a Yamaha, ¡a ver qué pasa! Quiero un reto difícil, loco. Lo más loco y difícil que pueda. ¡Y eso significa Yamaha!"

Con su decisión tomada, sólo faltaba comunicarlo a Yamaha. Pero tenía que ser discreto, para no levantar revuelo, dado que era consciente de que eso era un bombazo y quería llevar cierta tranquilidad en lo que restaba de temporada y sumar otro nuevo título, el quinto de su carrera, al que iba directamente encaminado.
Así que, estando en Brno, es donde viene otro de esos momentos hilarantes. Pero este, además, es surrealista, parece sacado de película. ¿Dónde crees que decidió reunirse Valentino con Davide Brivio, y Lin Jarvis, para comunicarles semejante noticia? Pues como era tarde, y a Valentino las cosas sencillas no le van, decidió que... ¡se colarían en la Clínica Móvil! El lugar donde van los pilotos cuando necesitan atención médica. Se metieron en el hospitality, ya que no quedaba nadie por allí: él, Gibo, Uccio, un amigo llamado Nello; y por parte de Yamaha, Brivio y Jarvis.
Dejaron a Nello vigilando fuera, y Valentino no perdió el tiempo en comunicarles la noticia: "Me voy con vosotros." Ante esto, los dos hombres de Yamaha se miraron, atónitos y sin creer lo que estaban escuchando. Valentino se lo volvió a repetir, y Brivio le preguntó, muy despacio: "Espera. ¿Nos estás diciendo que el año que viene vas a correr para Yamaha." Valentino volvió a afirmar, y Brivio volvió a repetir, aún incrédulo, la pregunta de forma diferente: "¿Así que lo que estás diciendo, es que correrás en Yamaha en 2004?" Valentino afirmó una vez más, y tras un momento de asimilación, Nello dio la voz de alarma avisando de que venía un scooter. ¿Y cuál fue la reacción de ellos? Como decía, surrealista y que saca una carcajada a cualquiera: Nelló huyó despavorido, y dentro del hospitality, todos se pusieron a dar vueltas sin saber dónde ir, hasta que todos se metieron debajo de la mesa. Valentino, entonces, les dijo a los demás, con aire divertido: "Perdonad, chicos, pero si alguien llega aquí y nos ve a todos metidos debajo de la esta mesa, ¿qué coño les vamos a decir?" Así que Valentino, Uccio, y Gibo, salieron de debajo de la mesa, dejando a Jarvis y Brivio escondidos, e improvisaron una conversación. Al final resultó ser un guardia de seguridad, que entró y preguntó si todo estaba bien, con cierta sospecha. Los tres contestaron que sí mientras intentaban tapar la mesa, y el guardia pareció convencido y se marchó.
Como digo, una situación propia de una película de comedia, pero que pasó de verdad, y que además, según dice Valentino, le encantó por el riesgo que suponía y le divirtió mucho.
Tras irse el guardia, los hombres de Yamaha salieron de debajo de la mesa, y tras recuperar la calma, volvieron a hablar de negocios. Y toda esta reunión, terminó con un apretón de manos que, para Valentino, sellaban en su cabeza un contrato, aunque aún no hubiese firmado nada.

De esta manera, con esa reunión clandestina, esa situación cómica, y ese pacto verbal y apretón de manos, Valentino confirmó su paso a Yamaha en 2004. Y, con todo ya claro, se deslizaron en la oscuridad para volver cada uno a sus respectivos lugares de descanso.


Os espero en la segunda parte del Capítulo 2, donde veremos cómo se gestionó de forma oficial el contrato por el que Valentino Rossi, vestiría los colores de Yamaha en 2004 y pilotaría la M1.



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